Vichyssoise "a mi bola"

Vichyssoise a mi bola

¿Qué por qué una vichyssoise tiene que llevar nabo? Porque sí, porque me apetece y porque le da buen sabor. Ya sé que no es la receta clásica, pero yo tampoco soy un clásico. ¡Qué le vamos a hacer!

El caso es que me gusta así. Y de paso como verduras y hortalizas, que me vienen muy bien para que mi médico esté contento de cómo me cuido. Ya sabéis, diabetes y esos rollos.

Ingredientes:

  • 1 puerro (grande)
  • 1 patata (grande)
  • 1 cebolleta
  • 1 nabo (por que sí)
  • 1 diente de ajo
  • 200 ml. de leche evaporada o nata líquida (a elegir)

Elaboración o lo que es igual manos a la obra:

Para mí, lo peor de preparar la vichyssoise es tener que trocear todos los ingredientes. Me aburre. ¿Seré vago?

A ver, troceamos en cuadrados o como más le guste a cada uno el puerro, la patata, la cebolleta, y el nabo. Cuanto más pequeños sean los trozos, más rápido se cocerán. Pero tampoco hay que pasarse, no vaya a ser que hagamos un puré desde el principio.

Se me olvidaba, también le pongo un diente de ajo. ¿Qué por qué? Por el mismo motivo que pongo nabo. ¿Tengo que repetirlo?

Una vez troceado todo, sacamos una cacerola grande y la ponemos al fuego. Echamos aceite para que cubra el fondo y, cuando se ha calentado lo suficiente (no mucho), echamos todos los ingredientes para que se pochen mientras los movemos con una cuchara de madera. Se trata de que no se peguen y el aceite se reparta.

Mientras, en otra cacerola hacemos el caldo. Puede ser con huesos, como manda la rancia tradición celtibérica, o con una pastilla de avecrem, que es una solución más rápida y no se nota demasiado en el resultado final (Mayte me echará la bronca, que es una purista). En el caldo también pongo, además de sal, 2-3 clavos y un par de hojas de laurel. ¿Qué por qué? ¿Ya estamos otra vez? Porque... Bueno, sigamos.

Cuando veamos ya blandos el puerro y la cebolleta (lo demás tarda, lógicamente), echamos el caldo hirviendo en la cacerola de las verduras. Y aquí llega el momento que más me gusta. Hay que darle un golpe de calor, osea subir el fuego al máximo para que hierva. El caso es que es como un rito. Me explico: con una cerveza al lado y mientras subo el fuego, digo en alto "¡Colpo di calore! No vale para nada, pero me quedo como Dios, que diría el vasco. Manías...

Esperamos a que el caldo empiece a hacer chup-chup. Cuando eso ocurra, que ocurrirá, bajamos a un fuego medio y esperamos unos 20 minutos. Lo mejor es probar si la patata ya está blanda. En ese momento, retiramos del fuego y esperamos a que se enfríe un poco.

Cuando se ha enfriado, retiramos el laurel y los clavos antes de sacar la "batidora letal" para triturar patata, puerro, nabo, ajo y cebolleta. Después, yo le añado leche evaporada. Por supuesto que se puede seguir la tradición y echarle nata líquida. Se bate todo bien, con la batidora obviamente, y se deja que enfríe. Por si acaso, es conveniente probarlo, sobre todo por si se queda corto de sal. Por lo demás, ahora toca fregar todos los cacharros.

Nota a pie de página:

Que no, que no, que yo a veces, también hago caldos rápidos, ya sabes, pero desde que me jubilé y me dieron vacaciones ad eternum (ya no recuerdo ni el latín, no se si se dice así), me he vuelto más quisquillosa y hago mas cositas caseras para la familia. Por lo demás libertad absoluta en la cocina.