Torrijas de café
¿Os gusta el café?, seguro, ¿a quién no? A mí me gusta mucho, tanto que no imagino una comida sin un buen café, cuanto más negro mejor, aunque con el paso de los años mi consumo de café ha ido disminuyendo hasta quedar reducido a una sola taza después de comer, por esta razón y para dar salida a la cantidad de café que se me va acumulando en el congelador, pues aquí os traigo mis torrijas, que seguro no son una idea mía, que habrá más por esos recetarios, pero estas son las que yo hago.
Por todo esto pienso que puede ser una receta de aprovechamiento.
Ingredientes para 12 torrijas:
- 12 rebanadas de torrijas
- 1/2 litro de café
- 6 cucharadas soperas de azúcar
- 1 cáscara de limón o de naranja, al gusto
- 3 huevos batidos (mejor no hacerlos de una vez)
- Aceite para freír
Para rebozar:
- 4 cucharadas soperas de azúcar
- 1 cucharada de canela molida
- 1 cucharada de café soluble.
Elaboración:
Mezclamos, en un cazo, el café con las seis cucharadas sopera de azúcar y la cáscara de limón, lo ponemos en el fuego y dejamos que infusione durante 2 o 3 minutos, pasados los cuales, retiramos del fuego y removemos bien para que se diluya el azúcar. Lo vertemos en un recipiente con fondo dejamos que se enfríe.
Mezclamos 4 cucharadas de azúcar, con la canela y el café soluble.
Una vez a temperatura ambiente, vamos mojando las rebanadas, de modo que queden bien impregnadas, incluso las podemos poner a escurrir en un colador.
Ponemos una sartén al fuego con una cantidad de aceite suficiente para freír las torrijas y dejamos que se caliente a una temperatura media alta.
Batimos los huevos con una pizca de sal, y vamos rebozando las rebanadas, las echamos a la sartén en pocas cantidades para que el aceite no se enfríe. Las freímos un momento, vuelta y vuelta y las dejamos escurriendo el exceso de grasa en un papel de cocina o en un colador.
Cuando estén a una temperatura que no nos asemos los dedos, las vamos rebozando en el plato con el azúcar, la canela y el café soluble.
Hay que procurar que no se queden frías, para que al rebozarlas con la mezcla anterior hagan su propio almíbar y queden muy jugosas.
Sugerencias útiles:
Si sois muy, pero que muy amantes del azúcar a lo mejor tenéis que ampliar un poco la cantidad, pero yo primero probaría, porque un café negro, no tiene por qué ser excesivamente dulce.
Los huevos los vais batiendo según los vayáis necesitando, porque al estar tan impregnadas de café enseguida quedan bien rebozadas.
El aceite para freír puede ser de girasol y procurad que no se os queme, porque sueltan azúcar al freírse y se pone negro.
Procurad que queden bien impregnadas de café para que hagan un buen almíbar