Sardina Fina
Las sardinas con su lomo plateado y su esbelta figura, se agrupan al igual que otros peces pequeños en bancos, y lo curioso es que las sardinas lo hacen por tamaños, o eso dicen los que entienden de estas cosas.
Dicen los que saben de esto, que su nombre se debe a la Costa de las Sardinas, en Cerdeña, donde hay abundancia de estos peces , pero lo cierto es que se pesca en todo el mundo. En las costas mediterráneas y adriáticas hay abundantes bancos de este pescado, debido a que buscan aguas cálidas.
Cuenta la historia que en el siglo XVII, el Rey Carlos III, quiso celebrar el fin del Carnaval, asando sardinas con sus súbditos, pero como era un día muy caluroso para las fechas (no había neveras), las sardinas se estropearon y para evitar el olor putrefacto, el Rey mandó enterrarlas y de ahí a nuestros días ha llegado esta costumbre de el último día del carnaval, el miércoles de ceniza, hacer "el entierro de la sardina".
Es histórico que Carlos III, tenía predilección y gran cariño por la Villa de Madrid, y bajo su reinado, dejó mi pueblo que no había quien lo conociera, gracias a él, se acabó con el "agua va", las basuras por las calles y lo que en estos momentos aún podemos contemplar: La Cibeles, Neptuno, El Jardín Botánico, El Hospital de San Carlos (hoy Museo Reina Sofía), etc., etc. Lo dejo que me pongo a hablar de mi pueblo y no acabo.
Sólo una cosa más, debido a todo eso y mucho más, fue considerado el mejor alcalde de Madrid, con esta frase que ha trascendido: "El mejor alcalde, El Rey", Madrid dejó de ser un villorrio para empezar a ser una ciudad. Pero ni los madrileños ni los españoles supieron agradecer tamaños esfuerzos y finalmente tuvo que abandonar España, y dicen que en el puerto de Cartagena, camino de Nápoles exclamó: "mis vasallos son como los niños, lloran cuando se les lava".
Así es la vida, vamos con las recetas, que vaya si han dado de sí medio kilo de sardinas.
Sardinas con tomate al horno
Este es un plato típicamente veraniego, lo dejamos preparado, solo para meter en el horno, y al volver de la piscina, playa o de donde queramos, con un gazpacho bien fresquito listo. A mí me gusta prepararlo con sardinas pequeñas, tipo parrochas, me resultan más jugosas, pero eso va en gustos y cada cual tiene el suyo.
Y con todo esto, me viene a la memoria algo que decía mi padre: "la mujer y la sardina cuanto más pequeña más fina", a lo mejor, en estos momentos de absoluta confusión, eso suena machista, pero como yo a mi padre, que ahora tendría 105 años, nunca le consideré machista, sino todo lo contrario, ahí se queda su dicho entre una de las muchas anécdotas familiares que llevo publicadas.
Ingredientes para 4 personas:
- 24 sardinas de las que más os gusten, mis preferencias van por las parrochas.
- 1 bote de tomate entero
- ½ cebolla en juliana
- 1 ajo, un manojo de perejil, un vasito de vino blanco y 1 cucharada
de vinagre de jerez.
- Tomates cherry, o unas rodajas de tomate
- Aceite, pimienta y sal
Elaboración:
Precalentamos el horno a 180º durante 8 o 10 minuitos.
Limpiamos las sardinas, les quitamos la espina central y las dejamos unidas por la cola.
Partimos la cebolla en juliana lo más fina posible.
Machacamos en un mortero el ajo y el perejil, lo diluimos en un vasito de vino y una cucharada de vinagre de jerez..
Escurrimos los tomates (reservando el caldo), los partimos en trozos pequeños y los mezclamos con la cebolla.
En una placa de horno, mejor antiadherente, ponemos un poco de aceite,
muy poco, y lo extendemos con ayuda de
un pincel.
Vamos extendiendo las sardinas sobre la placa con la piel hacia abajo, salpimentamos y extendemos sobre las mismas un poco del tomate con la cebolla.
Podéis incorporar a la fuente unos tomates cherry o trozos de tomate.
Con ayuda de una cuchara repartimos la mezcla del mortero.
Ya está listo para meter en el horno precalentado a 180º y 10 minutos serán suficientes para deleitarnos con este magnífico plato.
Sugerencias útiles:
Lo normal es que estas sardinas en el horno no se sequen, pero si esto ocurriera podéis echar mano del caldo del tomate que hemos guardado y repartirlo poco a poco por encima de las sardinas.
Si no tenéis muy claro cómo funciona vuestro horno, al principio de la cocción, podéis tapar la bandeja con papel de aluminio, sólo dejándolo por encima.
Sardinas al ajillo
Ingredientes:
- 1/2 kilo de sardinas parrochas, las pequeñitas.
- 4 dientes de ajo.
- 1/2 cebolla mediana.
- 1 buen chorro de vinagre.
- 1 cucharada de perejil picado y alguna hojita que se vea
- Aceite, sal, pimienta de molinillo.
- Pan para mojar la salsa, porque está de rechupete.
Elaboración:
Limpiamos las sardinas como tengamos por costumbre, a mí me gusta, además de desescamarlas, cosa que hago cuando aún las tengo enteras, para que las escamas no se metan dentro del cuerpo, me gusta quitarles la cabeza y por supuesto las tripas, pero mucha gente las deja tal cual. Bien, pues hecho todo esto las lavo y las dejo escurriendo en un colador. Una vez escurridas las salpimento.
Pelo los ajos, los parto en láminas y parto la cebolla en juliana muy fina.
Pongo una sartén al fuego, con un fondo de aceite y antes de que humee, incorporo los ajos y la cebolla, dejo que se sofrían a un fuego medio.
A continuación añado las sardinas y las rocío con un buen chorro de vinagre.
Esto no es necesario, pero como esta familia somos muy salseros, y la receta hasta ahí da poca salsa, una vez evaporado el alcohol del vinagre añadimos unas cuantas cucharadas de caldo de pescado ¿la cantidad? A vuestro gusto y dependiendo del pan que estéis dispuestos a comer.
Sugerencias útiles:
Una vez las sardinas en la sartén no debemos darles la vuelta, aunque sí debemos taparlas.
Yo utilizo sardinas parrochas porque son las que más gustan a la familia, pero sale lo mismo con las sardinas grandes y, aunque poco, son algo más baratas.
Sardinas en escabeche
Siempre que pienso en sardinas se me pone cara de gato, me encantan las sardinas, pero..., dejan un fuerte olor en la cocina que por mucho que digan es imposible prescindir de él, entonces mi truco es el más fácil de todos los que hasta la fecha me han dado, y al mismo tiempo efectivo, las hago de cualquier manera posible menos fritas o asadas y, eso sí, sin cabeza. Y como la cocina siempre que guisas en ella, huele, como no podía ser de otra manera, si van a ir al horno procuro taparlas con papel de plata. Este es uno de las los mil trucos que os darán quedaos con el que mejor os parezca.
Ahora vamos con la receta.
Ingredientes para 4 personas:
- 24 sardinas parrochas, de las pequeñitas
- 2 vasos de aceite limpio
- 1 vaso de vinagre
- 1/2 vaso de agua
- 8 o 10 granos de pimienta negra
- 2 hojas de laurel
- 1 ramita de perejil
- 1/2 cebolla cortada en juliana
- 2 ajos laminados
- 2 zanahorias en aros
- Sal
Elaboración:
Limpiamos las sardinas sin quitarles la espina las vamos colocando en un recipiente donde nos quepan todas estiradas, empapamos el agua sobrante con papel de cocina y las metemos al congelador un mínimo de 48 horas, si pueden ser mas mejor, es por lo del anisakis.
Pasado este tiempo, las sacamos del congelador y las dejamos que se descongelen en el frigorífico. Una vez descongeladas las salpimentamos.
En una sartén, o una cazuela lo más plana posible donde quepan todas extendidas, o como mucho en dos capas, echamos el aceite, el vinagre y el gua, todo al mismo tiempo, dejamos que empiece a hervir, tardará 3 o 4 minutos.
Pasado ese tiempo echamos los ajos, la cebolla y la zanahoria, junto con el laurel, perejil, ajos y granos de pimienta, esto lo dejamos cocer unos 5 o 6 minutos, rectificamos de sal y añadimos una cucharadita de pimentón dulce ligeramente humado (a mí me gusta el de La Vera).
Una vez que la salsa esté a nuestro gusto, vamos introduciendo las sardinas salpimentadas, una a una y las dejamos cocer, no más de 5 minutos, a fuego suave. Dejamos que reposen y las ponemos en un recipiente de cristal, con cuidado de que no se rompan y que queden bien cubierta por la salsa.
Ponemos el recipiente en la nevera hasta que vayamos a consumirlas, de esta forma se conservan perfectamente, las podemos tomar frías o calientes, acompañando a una buena ensalada.
Sugerencias útiles:
Yo las hago con parrochas, pero podéis utilizar cualquier tipo de sardina que os apetezca.
El pimentón puede ser dulce o picante, al gusto. También podéis freirlo o no, si os decidís por la primera opción, calentáis ligeramente el aceite y echáis el pimentón, procurando que no se queme y a continuación el resto de la receta igual.
Sardinas maceradas
Mi madre preparaba este plato sin meter alhorno, y sin el vino; digamos que yo odio las comidas crudas, y ya que fuimos tan listos inventando el fuego, creo que hay que aprovecharlo.
La única licencia que me permito, en este aspecto, son los boquerones en vinagre que, si están bien hechos, me parecen una delicia.
Ingredientes para 4 personas:
- 24 sardinas parrochas
- 2 tomates rallados
- 4 dientes de ajo
- 1 manojo de perejil fresco
- 2 o 3 ramitas de albahaca fresca
- El zumo de dos limones.
- 1 vasito de vino blanco.
- 4 cucharadas de aceite de oliva.
- Sal y, si es necesario, un poco de agua.
Elaboración:
Lavar bien las sardinas, quitar la espina central y dejarlas escurrir, secarlas con papel de cocina.
Precalentar el horno con el grill a 200º.
Hacer un majado con los ajos, el perejil, zumo de limón, vino y aceite, si queda demasiado espeso añadir un poco de agua, impregnar las sardinas bien secas, con este mejunje y dejarlas reposar por espacio de media hora.
Rallar los tomates, aliñarlos con un poco de aceite, albahaca picada y sal, extenderlos sobre una fuente de horno.
Repartir las sardinas en la fuente de horno sobre el tomate rallado, procurando que queden extendidas, si ha sobrado algo de la maceración echárselo por encima y, si es necesario lo aclarais un poco, pero tened en cuenta que los tomates, seguro que soltarán agua.
Bajar el horno a 180º meter las sardinas durante 15 minutos, pasado este tiempo están listas para comer. No obstante, como ya sabeís que todos los hornos no son iguales, controlad tanto la temperatura como el tiempo. Ya se que soy un poco pesada con este pero si hemos llegado hasta aquí, es mejor que todo salga casi perfecto ¿No?.
Controlad la cocción porque, si son parrochas de verdad, de las pequeñitas, probablemente se harán en menos de 15 minutos.
Sugerencias útiles:
No me canso de repetirlo, y espero no ser pesada, es imprescindible precalentar el horno.
También podemos hacer las sardinas enteras, pero, si tenemos tiempo podemos quitar la espina central de la sardina, los que las van a comer nos lo agradeceran y si no lo hacen no seamos rencorosos.
Con el fin de ahorrar cacharros, que esto sí que es útil, podemos hornearlas en la misma fuente de la maceración, siempre que sea refractaria y que previamente, hayamos puesto el tomate en el fondo de la misma.
Sardinas rellenas al horno
En este caso y en contra de mi costumbre, que casi siempre suelo comprar parrochas, eché al carrito unas sardinas hermosas, con magníficos lomos, que para la preparación que ya tenía en mente, me venían que ni pintadas.
No hay diferencia entre unas y otras, excepto por el tamaño, la parrocha o xouba, suele medir entre 11 y 14 cms. de tamaño y la sardina, es decir la madre, es un poco más grande, para mí hay una pequeña diferencia entre ambas, me gusta más la pequeña parrocha, porque tiene menos grasa y me resulta más fina, pero para gustos los colores.
Ingredientes para 4 personas:
- 24 sardinas
- 1 pimiento rojo, 1 pimiento verde
- 1 cebolleta
- 1 limón
- Aceite, vinagre, sal y pimienta de molinillo
Para la provenzal:
- 50 grs. de pan rallado grueso
- 1 manojo de perejil
- 1 ajo hermoso
Elaboración:
Limpiamos las sardinas, eviscerándolas, quitándoles la espina central y la cabeza, las dejamos con el lomo abierto como si fuera un libro y la colita para que queden más monas.
Ya tenemos el pescado preparado para congelarlo, según mandan los cánones, al menos 5 días a -21º. Y esto no es broma el anisakis nos acecha.
Las descongelamos lentamente dentro del frigorífico, lo que nos llevará 24 horas aproximadamente, media hora antes de empezar a prepararlas las ponemos extendidas sobre un papel absorbente y dejamos que se atemperen.
Mientras tanto preparamos la vinagreta con la que vamos a rellenarlas:
Picamos en tamaño lenteja el pimiento rojo, verde y la cebolleta, si no tenemos picadora y para que nos resulte más fácil, hacemos primero unas tiras muy delgadas y a continuación unos cuadrados, ya tenemos las "lentejas". Lo mezclamos todo en un bol y aliñamos con aceite, vinagre y sal a nuestro gusto, para lo que debemos ir probando.
Ponemos en una placa de horno, forrada con papel parafinado, la mitad de las sardinas abiertas, con el lomo en el papel, las salpimentamos y echamos sobre ellas un poco del relleno.
Salpimentamos las restantes y las vamos colocando encima de las que ya están rellenas, una vez cubiertas unas con otras las rociamos con el zumo del limón y las reservamos. Mientras preparamos la provenzal.
Precalentamos en horno a 180º con el grill.
Preparamos un majado con los ajos y el perejil, una vez bien machacados incorporamos el pan rallado, lo mezclamos bien y ya tenemos nuestra provenzal lista. (Si os sobra la podéis guardar bien tapada en el frigorífico y planificar unos filetes de pollo para el día siguiente).
Vamos colocando una porción de esta mezcla, a nuestro gusto, sobre cada sardina. Se pueden cubrir total o parcialmente, esto es sólo para darles un toque crujiente.
Metemos la bandeja en el horno precalentado a 180º durante 8 o 10 minutos, si os gustan muy hechas ampliad el tiempo, pero no es recomendable ya que se os secaran.
Sugerencias útiles:
Podemos acompañar estas sardinas con una "ensalada de patatas (campera)", o con cualquiera de los acompañamientos que hay en el correspondiente apartado del blog, con lo que tendremos un plato único de verano.
Esta es una receta larga, porque tiene mucha paja, pero cuando os pongáis a hacerla veréis que después de freír un huevo es de lo más fácil
Sardinas al horno con chimichurri
He aquí una sugerencia para que las sardinas no dejen un olor que despida gentes en nuestra cocina, porque, cierto que están muy ricas, que es un pescado saludable y, hasta la fecha bastante asequible, pero a veces ni ventilando logramos que su fuerte olor nos abandone.
El vinagre blanco, clavo, canela, pieles de limón o naranja, cualquiera de todos ellos o todos juntos, cocidos, dan muy buen resultado para eliminar los olores a pescado en la cocina, recuerda que siempre con la cocina bien ventilada.
Y si esto no nos surte efecto, yo no sé que decir, quizás sea mejor comer lechuga. Pero por probar no perdemos nada.
Ingredientes para 4 personas:
- 20 sardinas parrochas.
- 1 vaso de aceite de oliva.
- El zumo de medio limón exprimido.
- 1 cucharada de vinagre de Jerez.
- 3 dientes de ajo.
- 1 pimienta de cayena (opcional).
- 1 puñado de perejil.
- Sal y pimienta negra recién molida.
Elaboración:
Precalentamos el horno a 180ºC
Quitamos las cabezas y las tripas a las sardinas y las vamos dejando en un bol con agua helada.
Una vez lavadas las escurrimos y colocamos bien extendidas en una fuente de horno, las salpimentamos y reservamos.
Salsa chimichurri:
En el vaso de la minipimer ponemos los dientes de ajo, el perejil, el zumo de limón, la pimienta de cayena, un poco de sal gorda, batimos todo esto bien y cuando esté hecho una pasta, con ayuda de unas barillas manuales, o un tenedor, procedemos a echar el aceite, procurando que nos quede bien mezclado. Ya tenemos el chimichurri, al menos el que yo hago.
Vamos de nuevo con las sardinas, ya están en la fuente, con ayuda de una cuchara extendemos sobre las mismas un poco de nuestra salsa, las metemos en el horno, previamente precalentado, entre 8/10 minutos, las sacamos del horno para que no se sequen y ¡LISTAS! un buen aperitivo o un segundo plato.
Sugerencias útiles:
¿Por qué mezclamos a mano el aceite? Porque queremos que nos quede un revuelto de ajo, aceite y perejil, no una mayonesa de lo mismo; aunque si lo hacéis a máquina, veréis que al meterlo en el horno se desbarata dicha salsa. Hacedlo como más os guste, eso es la cocina, probar y probar.