Rollitos de fiambre con sorpresa
No pensaríais mis queridos vagonetas que os iba de dejar sin un plato de lucimiento para una reunión de amigos, ni hablar, aquí o guisamos todos o se han acabado las invitaciones. Y cuando de invitaciones se trata nada de llevar la consabida botellita de vino o presentarse con las manos vacías ¡qué feo está eso! ¿Qué sería de nuestras cenas sin tener un fiambre a mano? Pues que tomaríamos otra cosa, está claro. Pero aquí de lo que se trata es de quedar como unos señores tanto cuando nos invitan, como cuando invitamos.
Estos rollitos son con sorpresa porque cuando son para muchos los hago de distintos sabores, como las chuches, pero si son sólo para nosotros, van rellenos de lo que más nos gusta.
Bueno vamos a ello antes de que se nos quiten las ganas de entrar en la cocina.
Ingredientes:
- 1 loncha por comensal del fiambre elegido.
- Espárragos blancos de bote,
- Huevos cocidos
- Atún, salmón, surimi, etc., para los rellenos.
Salsa mayonesa, cóctel o de miel y mostaza. A vuestro gusto. Yo las suelo comprar de la marca Ybarra, pero creo que todas las marcas las tienen.
Elaboración:
Cocemos los huevos durante 10 minutos, contados a partir del momento que el agua rompe a hervir, que no se os olvide poner 1 puñado de sal gorda en el agua para evitar que se rompan, aunque a veces esto falla. Pero no os culpéis por ello, un fallo lo tiene cualquiera.
Con la ayuda de un cuchillo hacemos picadillo el relleno elegido, un espárrago por cada loncha y 1 huevo cocido, lo mezclamos con la salsa que más nos guste.
Extendemos las lonchas de fiambre sobre la tabla o la mesa de trabajo y vamos poniendo sobre cada una de ellas dos cucharadas del relleno, lo extendemos bien a lo largo de toda la loncha, y enrollamos el fiambre sobre sí mismo.
Lo vamos colocando sobre un plato, cubrimos un poco con salsa mayonesa o cualquiera otra y lo adornamos a nuestro gusto.
Sugerencias útiles:
Esta es una preparación que, mis queridos vagos pueden llevar a una cena de amigos, o preparar en casa también para obsequiarlos. Las variedades pueden ser tantas como loncheados de un tamaño razonable encontréis en la charcutería.