Presa ibérica estofada al horno

Últimamente y con esto de la subida de la luz, me estoy acostumbrando a ser ahorradora, un poco. En mi caso he decidido encender el horno a la hora que tengo contratada en la tarifa fija, ni antes ni después y aprovechar el calor del mismo para guisar tres platos, como máximo. En mi horno no caben más.

En el precalentado empiezo por el que necesita menos temperatura, luego ya iremos subiendo si es necesario y el tiempo lo mismo, lo programo para el que menos tiempo necesita y vamos controlando.

No se os olvide apuntar lo que vais metiendo y la hora, yo al menos así lo hago, mi cabeza no está para demasiadas aventuras.

Elaboración:

De todos es conocido que el estofado es una forma de cocción en la que preparamos  todos los elementos en crudo, excepto la carne, que sellaremos ligeramente en la sartén, antes de incorporar los restantes elementos y esto lo hacemos tanto con la carne troceada, con la carne entera, que es el caso que nos ocupa.

Dicho lo anterior, sellamos la carne en una sartén o en una cazuela que pueda ir al horno, con el aceite muy caliente, damos un par de vueltas a la misma y  la rociamos con el vino, y ya con la seguridad de que no perderemos ninguno de sus jugos, procedemos a incorporar el  resto de los ingredientes, partidos a nuestro gusto. Mi gusto es el que veis en la foto, pero esto es libre.

Tapamos el recipiente con papel de plata y lo introducimos en el horno precalentado a 170/180º.

Calentamos el caldo de carne y rociamos con 1 vasito la que tenemos en el horno,  vigilando con frecuencia para que no llegue a secarse. Vamos añadiendo sucesivamente la cantidad de caldo que nos pida, ya sabemos que el estofado es un tanto caldoso.

Una hora será suficiente para que nuestro estofado al horno esté listo y si no, damos al mismo un poco mas de tiempo.

Sugerencias útiles:

Es importante, si no tenéis caldo de carne, preparar un poco con 1/2 litro de agua y una pastillita y mantener caliente mientras dura el horneado, por si hubiera que añadir caldo. Si os sobra lo guardáis para otra ocasión.

Si queréis una salsa consistente, mejor que una carne caldosa, una vez acabado el horneado procedéis a machacar una patata con un poco del líquido de la cocción.

Para servirlo lo podéis partir en lonchas o en trozos.