Pollo en mariposa con salsa piri-piri
Es una receta que tomo prestada del precioso libro de cocina sefardí, escrito por Stella Cohen, es un libro que me ha regalado mi hermanito, a quien se le olvidó que mis conocimientos de inglés son bastante escasos, pero bueno con ayuda de San Google y un poco de intuición, se consigue, y yo se lo agradezco de verdad.
Piripiri, lo denominan en Portugal y sus antiguas colonias (Angola, Mozambique), que es de donde procede. El piri piri es la salsa y, os diré que si os gusta el picante, podéis hacer una buena cantidad y guardarla en la nevera para otras ocasiones que, seguro, se os presentarán.
Como la receta no es mía, no os puedo decir como siempre "que ahora es vuestra", pero es un préstamo del que todos nos podemos beneficiar.
Gracias hermanito y Gracias a Stella Cohen.
Ingredientes para 4 personas:
- 4 picantones abiertos en mariposa y sin la columna vertebral.
Para el adobo:
- ½ taza de zumo de limón
- 4 dientes de ajo bien machacados
- 2 cucharadas de pimentón dulce, o picante
- 1 cucharada de orégano seco
- 1 cucharada de romero seco
- 1 cucharada de tomillo seco
- 1 cucharadita de café de comino molidos
- 2 cucharadas de sal marina
- 4 chiles frescos sin semillas y muy picados
- ¼ de taza de aceite de oliva
- 1 cucharadita de sal
- 2 hojas de laurel, mejor fresco
- ½ vaso de vino blanco seco, yo he utilizado El Gusto, que es el que utilizo para carnes
- 2 cucharadas de whisky (opcional)
Elaboración:
Imprescindible precalentar el horno a 180ºC
Los pollos:
Preparad los pollos en mariposa, lo puede hacer el carnicero, pero con paciencia lo podemos hacer nosotros, cortando con unas tijeras de culo a cuello toda la espina dorsal, y dejándolos abiertos, los aplastamos un poco, esto lo podemos hacer presionando el pollo abierto con las palmas de las manos contra la tabla de trabajo.
Hacer el adobo:
Mezclad todos los ingredientes en un bol, los podemos machacar con la mano del mortero o pasarlos ligeramente por la minipimer (no es demasiado agradable, porque está todo en crudo, pero se hace necesario probar esto, para saber si es de nuestro agrado).
Cubrimos la bandeja del horno con papel vegetal, que mojamos y arrugamos debajo del grifo para adaptarlo mejor a la bandeja. Ponemos los pollitos sobre la misma y los sazonamos con sal y pimienta negra de molinillo, con cuidado, que el adobo ya es sabrosón, y con las manos los masajeamos bien con un poco de aceite.
A continuación: extiende una parte del adobo sobre cada uno de ellos, dándoles la vuelta para que queden bien cubiertos, déjalos reposar al menos 30 minutos bien impregnados, pero si las prisas te agobian, déjalos el tiempo que puedas, aunque cuanto más mejor, y con el recipiente tapado con papel film.
Colocamos la rejilla sobre la bandeja con los pollitos encima, primero boca arriba y pasados 15 minutos, los ponemos bocabajo, pasándolos un pincel con un poco más del adobo, los dejamos 15 minutos más (sobra decir que todo esto con el horno bien precalentado).
Si veis que se tuestan demasiado poned por encima un pliego de papel de hornear (vegetal), y si se hace necesario mojadlos con un poco más de salsa.
Hasta aquí es como yo los he hecho, he aprovechado el adobo
sobrante, una vez pasado 2 minutos por el microondas, y aclarado con un poco de
caldo de pollo para llevarlo a la mesa en salsera aparte, nunca se sabe si
alguien querrá más salsa y en mi caso no tuve ni que fregar la salsera.
Guarnición:
Lo podemos acompañar con un arroz pilaf o unas patatas fritas, pero como lo mío es complicarme la vida preparé unas patatas semicocidas y acabadas en la bandeja del horno con el mismo pollo y unos "pimientos sudados" que os digo como los hago:
Cortamos los pimientos en tiras gruesas (cuanto más coloridos mejor), los ponemos en una sartén, lo rociamos con un poco de aceite y sal fina, mezclamos bien y lo tapamos, llevamos a fuego lento unos 15 minutos, dándoles vueltas de vez en cuando, cuando estén a nuestro gusto, los sacamos y reservamos.
Sugerencias útiles:
Esta es mi versión del pollo de Stella, si os animáis os sugiero que veáis su libro, creo que ya está en español y de verdad que aunque sólo sea por las fotos merece la pena (qué envidia de fotos).
Estos pollitos que he utilizado, no tienen nada que ver con aquellos "tomateros" de antaño, que eran chiquitos pero gordezuelos, han debido desaparecer porque, al menos aquí, en Pucela yo no los veo por ningún sitio.