Pechuga de pavo con champis

Una forma rica, sabrosa y delicada de preparar unas pechugas de pavo es ésta y, una vez que consigáis el punto de la salsa con champiñones, es un plato para quedar muy bien con nuestros invitados. La nuez moscada, que no he puesto entre los ingredientes, nunca sobra en esta salsa, el momento de agregarla será cuando ya hemos echado el caldo y la nata,. no es necesario echar mucha cantidad porque es muy aromática, sólo una ralladura.

Ingredientes para 4 personas

  • 8 filetes de pechuga de pavo
  • 8 champiñones grandes
  • 2 ajos, ½ cebolla mediana
  • 2 cucharadas de mantequilla
  • 2 cucharadas de aceite de oliva
  • 1 cucharada colmada de harina
  • 1 chorrito de vino
  • Caldo de pollo
  • 1 brik pequeño de nata para cocinar.
  • Sal y pimienta recién molida

Elaboración:

Extendemos los filetes sobre una tabla, los salpimentamos y reservamos.

Partimos los champiñones en trocitos a nuestro gusto y los reservamos.

Partimos la cebolla y los ajos muy menudos, para que se pochen bien y no se noten en la salsa. Los reservamos.

Ponemos una sartén al fuego con el aceite y la mantequilla, antes de que esté caliente añadimos los ajos y la cebolla, los vamos pochando muy lentamente.

Cuando ajos y cebolla estén bien pochados, subimos un poco el fuego y añadimos los champiñones los salteamos 2 o 3 minutos, a continuación añadimos la harina y la freímos bien para que no sepa a crudo, lo regamos con un chorrito de vino y dejamos que evapore el alcohol.

A continuación, agregamos caldo de pollo hasta conseguir la consistencia que deseemos para nuestra salsa (casi una crema) y finalmente, para darle un aspecto más cremoso añadimos la nata.

Ponemos una plancha al fuego y la calentamos en punto infierno, pincelada con un poco de aceite, vamos pasando por la plancha los filetes para darles un bonito color dorado, los colocamos en una fuente refractaria y los cubrimos con los champiñones y su crema.

Los podemos poner al fuego ya con la salsa dos o tres minutos y listos para comer.

Sugerencias útiles:

El punto más complicado, que no difícil, de este plato, yo lo veo en conseguir la textura deseada para la salsa. Tenéis que tener en cuenta que al añadir la nata, la salsa espesará un poco, debéis jugar con la nata y el caldo para conseguirlo. Y si os sobra salsa no dudéis en congelarla, podréis hacer con ella unos riquísimos huevos cocidos con jamón de york,  unas espinacas a la crema,  o ya se os ocurrirá algo, todo menos tirarla que esta rica.

Para estas salsas y otras parecidas, a mi me gusta que los caldos a emplear, de lo que sean,  estén muy concentrados, pero cada cual con su gusto engorda.