Pavo con cuscús

Según un artículo que leí hace tiempo de la Dra. Ana Haro García, se cree que el pavo procede de Mexico y que lo introdujeron aqui los Jesuitas, para después distribuirlo por toda Europa, (los inicios de "Amazon", para que luego digan). El caso es que, por ese motivo, durante un tiempo al pavo se le llamó "jesuita".

Es un manjar relacionado con celebraciones importantes. Nada que ver el pavo que compramos ahora, metido en su bandeja de plástico, envasado al vacío, etc., con los que yo veía por las fechas navideñas a las puerta de los mercados en Madrid, vivitos y coleando, acompañados por su pavero y produciendo aquel gorgoteo en su garganta que parecía que se estaba atragantando. En mi casa nunca fuimos de pavo, pero aquella imagen para mi es imborrable, y ahora la mantengo con unas figuras en mi nacimiento.

Elaboración

Ponemos una cazuela al fuego con un fondo de aceite y cuando esté bien caliente echamos los trozos de pavo, previamente salpimentados, una vez ligeramente dorados, los sacamos a un plato y los reservamos.

Picamos la cebolla, el puerro y los ajos, lo mas menudos posible, y con el fuego muy bajo, los pochamos en el mismo aceite de saltear el pavo, echamos un poco de sal para ayudar a que se ablanden los ingredientes. Cuando éstos hayan bajado un poco incorporamos los trozos de pavo, los rociamos con la cerveza y dejamos cocer muy lentamente. Añadimos el laurel y el perejil.

Vamos incorporando la mezcla de especias como si se tratara de sal, es decir, espolvoreándolas poco a poco por encima de la carne, y probando antes de añadir más, hasta que esté a nuestro gusto. Para aromatizar y refrescar los sabores, en algún caso picantes, de las especias, ponemos el limón partido en 4 trozos repartidos por la cazuela.

Para preparar el cuscus sigue las instrucciones del fabricante, se hace en 5 minutos y no tiene ningún problema.

Sugerencias útiles:

Para dorar el pavo, en este caso, sugiero el aceite bien caliente, para que la carne no suelte el agua a que nos tiene acostumbrados, porque desde luego, estos no son los mencionados "jesuitas".

Si no sois muy de especias, podéis variar o quitar las que queráis, el plato no será el mismo pero será de vuestro gusto y seguro del agrado de los niños que se sienten a vuestra mesa.