Patatas aconejadas de mi suegra
Estas patatas las guisaba Marciana y la verdad es que estaban muy ricas, las daba ese punto especial que no todos conseguimos.
A lo largo de la receta observamos que el conejo no aparece, y ella con mucho sentido del humor, decía que estaba "cogiendo sustancia por el campo" cosas de la yaya Marciana, que no sabía de sofisticaciones, pero nos daba muy bien de comer.
Veré si por lo menos me aproximo a ella. Con cariño, van por ti Yaya.
Ingredientes
para cuatro personas:
- 4
patatas de buen tamaño (aprox. 800grs. en total)
- 1
Ramillete con perejil fresco, tomillo y romero
- 2
cucharadas de cebolla bien picada
- 2 cucharadas
de pimiento rojo muy picado
- 2
cucharadas de pimiento verde
- 1 hoja de laurel, 2 ajos
- 8
granos de pimienta negra
- 1
cucharadita de pimentón de la Vera ahumado
- 2cucharadas
de tomate frito
- 1 chorrito de vino blanco
- aceite,
caldo de ave y sal ( o agua y pastilla de caldo, esto es opcional)
Manos a la obra:
Pelamos y partimos las patatas a nuestro gusto, (yo las hago chascadas, y tirando a pequeñas, para que quepan bien en la cuchara).
Ponemos una cazuela al fuego con un fondo de aceite, antes de que empiece a humear echamos la cebolla, los pimientos (cortados a nuestro gusto), el laurel y los granos de pimienta y lo dejamos rehogar todo junto a fuego moderado hasta que veamos que están tiernos.
Machacamos los ajos y mezclados con un chorrito de vino blanco, lo incorporamos a la cazuela, dejamos que siga rehogando y evaporando el alcohol.
Añadimos la cucharada de pimentón, separando la cazuela un poco del fuego para que no se queme, incorporamos las patatas saladas previamente, el ramillete de hierbas y dejamos rehogar 2 o 3 minutos, el tiempo justo para que se impregnen del sofrito, sin tostarse el pimentón.
Cubrimos las patatas con agua o caldo y las dejamos cocer hasta que estén tiernas, podemos añadir una cucharada de tomate frito, dejar reposar y servir.