Para los Tradicionales

Casquería

Hay un tipo de cocina que está casi en desuso. Es una cocina muy sabrosa que en tiempos pasados, quizá por necesidad, tuvo bastante predicamento: son las vísceras, la casquería, los despojos o como queramos llamarlo. 

La verdad es que no sé qué decir de las vísceras, salvo que algunas me gustan mucho, y son, por supuesto las que pongo en el recetario. A lo mejor me gustan por la fuerza de la costumbre. Los niños de mi época comíamos hígado, sesos, criadillas, etc., ¡y nos gustaban! Algunos, con este tipo de alimentación, hemos llegado a los 70 y lo que creemos que nos queda.

Es cierto que yo hago distinciones, como en todas las cosas. Por ejemplo no me gustan las vísceras del cerdo, tampoco me gustan las de aves o bichos de corral; pero comerme unos sesos huecos de cordero, tanto de pequeña como ahora, para mí es un placer. Una asadurilla de cordero bien guisada me está haciendo la boca agua en este momento.

Es una lástima que nos pusiéramos tan "estupendos" en los 60, 70, 80 y hasta ahora con la alimentación de nuestros hijos y que no les hayamos enseñado a comer estos deliciosos platos. Y, aunque nuestros jovenzuelos sigan arrugando la nariz cuando les hablamos de alguno de ellos, no debemos rendirnos. ¡Reivindiquemos los sesos! ¡Vivan las asaduras!