Judías blancas y conejo al ajillo
Dos por uno, o uno por dos, como más os guste. El caso es que en estos momentos ahorramos de todo menos dinero ¿?. Con este plato, ahorramos tiempo, ya que casi se preparan las judías y el conejo al mismo tiempo, ahorramos cacharros para fregar y por consiguiente agua y ahorramos trabajo, y aquí es donde me llega el recuerdo de mi madre, que en estas cosas siempre decía "ahorra dinero, no trabajo" ¿Por qué será que según me hago mayor me acuerdo más y mejor de ella?
Ingredientes para 4 personas:
- 300 grs. de judías blancas previamente remojadas durante, al menos 12 horas.
- ½ conejo hermoso troceado, si es pequeño uno entero, vosotros veréis
- 1 zanahoria, imposible imaginar un conejo sin zanahoria.
- ½ cebolla mediana, 1 hoja de laurel, 8 granos de pimienta negra, 4 o 5 clavos.
- 2 ajos, unas ramas de perejil.
- ½ vasito de vino blanco
- Aceite de oliva, sal y pimienta negra de molinillo.
- 1 cucharada de vinagre blanco.
Elaboración:
Una vez escurridas las judías, las ponemos en una cazuela cubiertas de agua, que sobresalga por encima de la misma 2 o 3 dedos, no más. Incluimos en la misma la zanahoria en rodajas, la cebolla con los clavos pinchados, el laurel y los granos de pimienta (el poner un número exacto de pimienta es por si los queréis retirar de las alubias una vez cocidas, sólo por eso).
Salpimentamos los trozos de conejo y los freímos ligeramente en un poco de aceite, los reservamos.
En el mismo aceite del conejo, que esperemos no se haya quemado, de lo contrario tendréis que cambiarlo, sofreímos los ajos machacados con el perejil, añadimos el vino blanco y dejamos que evapore el alcohol. A continuación incorporamos los trozos de conejo.
Una vez que las judías lleven un buen ritmo de cocción, es decir cuando hayan perdido su aspecto de crudas, incorporamos el sofrito de la sartén y dejamos que acabe de hacerse todo junto.
Ya todo cocido, con los platos en la mesa y la cazuela dispuesta, a quien le guste se puede poner un chorrito de aceite y un poco de vinagre, esto realzará el sabor del guiso.
Sugerencias útiles:
No me gusta rebozar en harina los trozos de conejo, al menos para este plato, para que no se ensucie el aceite con la harina, y no se ponga excesivamente cremosa la salsa.
Las
judías no deben quedar muy caldosas.
Si decidís que utilizáis las judías ya cocidas, enjuagadlas bien en un colador debajo del grifo y una vez escurridas las incorporáis a la sartén del sofrito del conejo, con cuidado de que cuezan muy despacio para que no se rompan.