Confit de pato con puré de patata a la naranja
Cuando mi Chico era más joven (y yo también), salíamos a cazar con frecuencia, todas las semanas de la temporada, eso es frecuencia, pues eso que salíamos a cazar y a veces, tocaban patos, un poco más reposado que la perdices o conejos y menos peligrosos que lo jabalíes. Siempre he guisado las piezas que cobrábamos, pero con los patos desistí muy pronto, es un bicho realmente feo una vez que le quitas su precioso plumaje. Y me dediqué a comprar, cuando tocaba, los patos ya limpios en la pollería y más cómodo aún, como solo los comemos de vez en cuando y casi siempre confitados o a la naranja, y hay empresas que los confitan de maravilla, me apunté al carro de la comodidad del que no me he bajado desde hace ya unos cuantos años.
La receta es larga, pero muy sencilla, leedla hasta el final, que la mayoría de las letras forman parte de la paja que desecharemos.
Ingredientes para 4 personas:
- 4 muslos de pato confitados.
- 3 patatas para puré.
- 1 o 2 naranjas.
- 1 vaso Pedro Ximénez, aprox. 300 ml.
- 2 cucharadas soperas de azúcar, aprox. 75 grs.
- 2 cucharadas de mantequilla, leche, nuez moscada y pimienta negra recién molida.
Elaboración:
Al comprar el pato ya confitado, lo único que tenemos que hacer es sacarlo del paquete o de la lata donde venga, retirar también la grasa del mismo y reservarla, que siempre se puede aprovechar para enriquecer una salsa. Y mucho más fácil que todo esto seguir las indicaciones del fabricante, que suele recomendar que se haga esta labor en el microondas.
Ponemos las patatas a cocer para hacer un puré, las ponemos enteras y con piel, tardan más en cocerse pero no absorben agua.
En un cazo echamos el vino y el azúcar, lo ponemos a hervir a fuego lento, durante unos 20 minutos, sin dejar de mover hasta que el azúcar se haya disuelto y al levantar la cuchara quede como un hilito. No lo dejéis espesar demasiado pues el azúcar tiende a endurecer la salsa.
Haceos el zumo de naranja, lo colamos y reservamos.
Preparamos el puré de patata, con las mismas aún calientes pero sin quemarnos los dedos, eso no entra en la receta, las hacemos trozos y podemos optar por aplastarlas o pasarlas por el pasapurés, junto con la mantequilla, vamos añadiendo leche, según nos lo vaya pidiendo y el zumo de naranja, todo esto sin dejar de probarlo, para saber dónde están los límites de los distintos sabores. Lo reservamos, hasta el momento de montar el plato o la fuente, cosa que yo recomiendo cuando los comensales son más de uno.
Precalentamos el horno a 200ºC
Una vez el pato libre de la grasa, lo colocamos en una fuente apta para el horno, y un momento antes de sacarlo a la mesa lo pasamos por el grill unos 7 minutos o hasta que la piel quede doradita. Momento en el que procederemos emplatarlo junto con los restantes elementos.
Ya está todo en orden y listo para degustar. La foto os puede dar una idea de como emplatar, pero seguro que vosotros sois mucho más artísticos.
En el último tramo de todo esto, lo aliñamos con la reducción de Pedro Ximénez, un poco de nuez moscada y lo mismo de pimienta negra.
Y ahora toca lucirse y si nadie dice nada hay que preguntar, que el trabajo bien hecho se valora, sí o también. Faltaría más.
Sugerencias útiles:
Todo se puede hacer más fácil o mucho más complicado, depende del tiempo que tengamos, los ánimos o algo mucho menos importante el dinero. Quiero decir con esto que el pato, confitado en casa, nos puede llevar unas cuantas horas de horno (tiempo y dinero), el Pedro Ximénez, se puede comprar en el super ya reducido, en dinero es insignificante, dura mucho y el punto es perfecto. Y el puré de patata, de verdad que no merece la pena comprar las bolsitas con el mismo, el de casa es mucho más rico.