Chipirones australes a la plancha y su tinta.
No sé si estos chipirones son australes o no, pero eso ponía en el paquete, tenían una pinta inmejorable, y su precio más que razonable, ante una situación así, mi madre siempre me hubiera dicho que a la cesta con ellos.
Todos sabemos que no hay diferencia alguna entre el chipirón y el calamar, ambos son bichos que andan de cabeza (así es como vamos muchos), uno es más pequeño y otro más grande, el chipirón más caro y el calamar más barato, aunque ésto último y en los últimos tiempos, no es una regla fija. Lo que sí es una regla fija es que el chipirón es mucho más tierno que el calamar. Tomad nota los que tengáis algún problema con esto, su carne es más fina y su sabor delicioso.
Ingredientes para un aperitivo:
- 1 paquete de estos chipirones, justos lo que véis en la foto.
- 1 sobre de tinta de calamar.
- tres cucharadas de salsa de tomate o tomate frito.
Elaboración:
Abrimos el paquete y vemos que están bastante limpios, pero ya sabéis algunas somos pelín maniáticas. Yo les vuelvo del revés, procurando no romper las aletas y una vez bien repasados los pongo en papel absorbente.
Con el prensador de ajos, un artilugio casi indispensable en la cocina, prenso dos o tres ajos y se los echo a los calamares con un poco de sal, los revuelvo bien y los dejo esperando.
Calentamos una plancha, o una sartén antiadherente, bien pincelada con aceite de oliva, echamos los chipirones y dejamos que se hagan, en tres minutos, contados, están listos.
En un bol ponemos el tomate, la tinta de calamar y si nos resulta muy espeso una pizca de agua, o caldo de pescado, lo removemos todo bien y un minuto al microondas será suficiente para que nuestra salsa esté lista. La extendemos sobre la fuente de servir, clocamos encima los chipirones y a disfrutar, que la cosa lo merece.
Sugerencias útiles:
Como veis la salsa no tiene nada que ver con la tradicional de los calamares, pero está muy rica y sobre todo es rápida, que para un aperitivo nos viene que ni pintado.
¿Qué os gustan picantitos? unas gotas de tabasco, pero probad, no os vayáis a cargar el plato.
¿Qué no los queréis lavar? No pasa nada, como dice sabiamente mi hermanito, confiad en el fuego que todo lo purifica.