Cazuela de rape y gambones
Las cazuelas de pescado, cualquier pescado, son uno de los platos más agradecidos de la cocina. Se hacen rápidamente, son sabrosos y algunas veces hasta parecen un aperitivo, como este que os presento.
Una rebanadas de pan frito o tostado, quedará estupendo en el caso de que lo pongáis a modo de aperitivo y para compartir directamente de la cazuela.
Lo podemos hacer con merluza, bacalao, no olvidéis la corvina que tiene
muy buen precio y es deliciosa.
Ingredientes para 4 personas:
- 1 cola de rape de aproximadamente 1 kg. ya sabéis que el rape mengua mucho
- 12 gambones pelados
- 4 o 5 tomates de bote más el caldo de los mismos
- 1 cebolla mediana
- 1 ajo
- 1 vasito de vino blanco
- 1 huevo duro para adornar.
- 1 fondo de aceite de oliva
- Sal y pimienta molida
Elaboración:
Una vez limpio y descongelado lentamente el rape, lo partimos a nuestro gusto, en rodajas con su espina central o en medallones, lo salpimentamos y dejamos en la reserva.
Cortamos la cebolla a nuestro gusto, yo lo hago en medias lunas y la pochamos ligeramente en un poco de aceite junto con el ajo.
A continuación echamos un chorrito de vino blanco, no demasiado, y el caldo del tomate, y dejamos que se vayan consumiendo.
Añadimos a la cazuela los trozos de tomate y dejamos que cuezan con todo lo demás, una vez que el tomate esté medio hecho incorporamos el rape y los gambones salpimentados y pelados. Cinco minutos de cocción serán suficientes para que saquemos a la mesa esta magnífica cazuela.
Lo podéis adornar con unos huevos cocidos, unas rebanadas de pan frito, tiras de pimiento, etc.
No se os olvide, pan en abundancia, que hay que mojar, un día es un
día.
Sugerencias útiles:
Ya lo he dicho muchas veces, pero una más nos puede refrescar la memoria a todos, el pescado, excepto el que sea de piscifactoría o acuicultura, debemos congelarlo siempre. Ahora con la cosa del Covid-19, se nos ha olvidado un poco el anisakis, pero ahí continúa y según los expertos con la misma fuerza.
¿Se puede hacer con tomate natural? Pues claro, pero no olvidéis pelarlos