Cazuela de mariscos a lo pobre
El título de pobre, se lo debe a las patatas, pero principalmente a que esto en un principio iba a ser un arroz con cosas, y al meterme en la cocina, me di cuenta de que el día anterior, o el anterior, habíamos comido arroz, exquisito, en una de esas arrocerías que tanto abundan en estos momentos. Como quiera que lo de repetir en mi casa no se lleva, y yo fuera del congelador sólo tenía un triste paquete de preparado para paella, de esos que venden en el supermecado. Primero pensé en una sopa, pero no tenía un segundo plato que no fueran huevos y a mi Chico, que es un caprichitos, no le apetecían, en fin tocaba pensar. Una cazuela de mariscos no estaría mal, pero había que acompañarla con algo, porque aquello no daba de sí para mucho. Piensa Mayte de prisa que la hora de la comida está ahí, y llegaron en mi socorro unas patatas, nacionales, nada de envasadas en España, no, cultivadas aquí en Castilla y León que, además de tierra de garbanzos, es tierra de patatas.
Ingredientes:
- 1 paquete de preparado para paella
- 2 patatas hermosas
- 1 huevo cocido
- 1/2 cebolla
- 1/4 de pimiento rojo o verde
- 1 ajo
- 1 tomate bien maduro, no muy grande
- 1 poco de perejil
- Aceite de oliva, sal y pimienta en grano de molinillo
Elaboración:
Lo primero, lavamos la almejas debajo del grifo, frotando unas contra otras y las dejamos durante 30 minutos en un bol con abundante agua y sal. Cuando estén limpias las pasamos a un cazo y las cubrimos con agua fría, las acercamos al fuego y dejamos que se abran.
A continuación hacemos la misma operación con los mejillones, lo podemos hacer en el mismo agua de las almejas, añadiendo si es necesario un poco más. Los abrimos, sacamos de las valvas y reservamos. Colamos el agua y reservamos, ya tenemos el caldo para nuestra cazuela.
Como aquí no se tira nada y prefiero que a la mesa lleguen los ingredientes lo mas limpios posible, quiero decir sin caparazones, etc., la primera tarea es quitar las cabezas a las gambas y a los langostinos, con esto hecho preparamos un aceite de sabor a marisco, para lo cual los ponemos en cazo, y los rociamos con un ben chorretón de aceite, lo llevamos al fuego y dejamos freír unos momentos, aplastándolos con un tenedor, para que suelten bien el jugo, a esto muchos o llaman veneno ( en broma), pero yo prefiero no usar esas palabras en los fogones por si acaso. En todo momento me estoy refiriendo a las cabezas. Una vez soltado todo el jugo, lo colamos y reservamos.
A continuación en una cazuela con un poco de fondo y donde nos quepan todos los ingredientes, ponemos un fondo de aceite, no demasiado, que luego incluiremos el aceite de sabor que hemos preparado. Echamos, por éste orden y sin esperar demasiado tiempo el ajo laminado, la cebolla en juliana y el pimiento en juliana, dejamos que sofría tres o cuatro minutos, a continuación echamos el tomate pelado y partido menudo, y dejamos sofreír todo junto unos minutos.
Pelamos y partimos las patatas a nuestro gusto, en este caso no chascarlas para que no dejen la salsa harinosa, las echamos al rehogado, junto con los calamares que hemos partido en trozos, y el aceite de sabor que tenemos preparado, lo rociamos con un poco de vino blanco y dejamos que evapore el alcohol. Lo cubrimos con el caldo de las almejas y dejamos cocer hasta que estén las patatas y los calamares.
A continuación añadimos el resto de los mariscos, tapamos la cazuela y dejamos que se acabe de cocinar todo junto, con el calor residual.
Un poco antes de llevarlo a la mesa, y si nos gusta, lo podemos salpicar con un poco de perejil partido, y una ralladura de pimienta negra.
Para acompañarlo, a demás de una cerveza, unos picatostes le va que ni pintado.